El primer Balón de Oro sin la presencia de Messi ni Cristiano desde 2003.

En 2003, Pavel Nedved fue galardonado con el Balón de Oro, superando a figuras como Thierry Henry y Paolo Maldini, leyendas que hoy parecen pertenecer a otra era. Ese fue el último año en que los nombres de Cristiano Ronaldo o Lionel Messi no aparecieron entre los aspirantes al prestigioso trofeo, lo que marcaría el inicio de una hegemonía sin precedentes en el fútbol moderno. Desde ese momento, ambos jugadores dominaron la escena internacional, capturando la atención del mundo entero y redefiniendo lo que significaba ser el mejor en este deporte. Sin embargo, después de más de 20 años, esa dinastía ha llegado a su fin.

La ausencia de Messi, actual poseedor del Balón de Oro, de la lista de nominados para la próxima edición, se suma a la de Cristiano Ronaldo, quien ya estuvo ausente en la convocatoria de 2023, lo que evidencia un cambio de ciclo inminente en el fútbol global. Durante dos décadas, ambos futbolistas monopolizaron los galardones individuales, protagonizando una rivalidad única que fascinó tanto a los aficionados como a los expertos. Ahora, con su salida del centro de atención, el escenario queda abierto para una nueva generación que viene pisando fuerte.

El paso de Neymar, quien en su momento se perfilaba como el heredero natural para desafiar el duopolio de Messi y Cristiano, ha quedado como un eco del pasado. Hoy, los nombres que resuenan con fuerza pertenecen a futbolistas significativamente más jóvenes. Jugadores como Jude Bellingham, de 21 años, Erling Haaland y Vinicius Jr., ambos de 24 años, o Kylian Mbappé, de 25 años, se presentan como los principales candidatos para suceder a estos dos gigantes. Con su talento y determinación, intentarán instalarse en la cima durante tanto tiempo como lo hicieron sus predecesores. Incluso Rodri, con sus 28 años, representa a la generación intermedia que podría rivalizar con esta nueva camada de futbolistas, mientras que Lamine Yamal, con apenas 17 años, comienza a asomar como una promesa deslumbrante.

Que Lionel Messi, ganador del último Balón de Oro, no esté nominado para la edición actual, es sorprendente, aunque no del todo inédito. Algo similar ocurrió en 2022, tras haber ganado el galardón en 2021. Aquella fue su única ausencia desde 2006, año en que fue nominado por primera vez, llevándose tan solo dos votos, muy lejos del ganador de aquel entonces, Fabio Cannavaro. Messi, sin embargo, no solo se redimió de ese primer tropiezo, sino que desde entonces ha acumulado un total de ocho Balones de Oro, algo que parecía imposible de igualar. Por su parte, Cristiano Ronaldo debutó en la lista de candidatos en 2004, con 11 votos, aunque sin poder competir realmente por el trono que en esa edición perteneció a Andriy Shevchenko. A partir de ahí, Cristiano nunca volvió a faltar entre los nominados, alcanzando un total de cinco trofeos en su carrera.

Hoy, con Messi jugando en la Major League Soccer de Estados Unidos y Cristiano en la liga de Arabia Saudí, su despedida de la élite del fútbol europeo parece inevitable, aunque su presencia en sus respectivas selecciones nacionales todavía los mantiene en el radar mediático. No obstante, sus días en la cima del fútbol mundial han quedado atrás, marcando el cierre de una era inolvidable. Al igual que para los japoneses, el cambio de emperador simboliza el fin de un periodo y el comienzo de uno nuevo, el periodo de Messi y cristiano ha concluido, dejando paso a una nueva etapa en la que los jóvenes talentos buscarán escribir su propia historia.

El próximo 28 de octubre se conocerá el nombre del nuevo jugador que ascenderá al Olimpo del fútbol mundial, marcando el inicio de una era distinta, una en la que la sombra de Messi y Cristiano aún se proyecta, pero donde los aspirantes ya sueñan con construir su propio legado.

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